R O D R I G O.

Y decidí volver a verle. A Pablo. Decidí decirle adiós. Decidí que era justo confiarle lo que había aprendido estos dos meses sin él. Ahí va Pablo, por si un día lo lees :

Por supuesto te odio. Pero supongo que gracias, gracias por marcharte , así puedo ver que el amor verdadero , es aquel que no duele , que no te hace llorar , ni sufrir. Que no tengo que ser igual que tu. Que algún día, me levantaré de esta cama, y , todo estará en su sitio otra vez. Mis pantalones me volverán a entrar. Me encantarán los vestidos. Los días lluviosos y pisar charcos , y que alguien , correrá para pisarlos y engancharme antes de que me parta algo. Pablo, olvídala, como yo hago contigo, hazlo tú. Aprende a querer a las mujeres. Crece. Sobretodo crece. 

Y aquí , entra Rodrigo, a quien aún , no conozco. Os preguntaréis que como es eso. Fácil. Todos tenemos el amor verdadero ¿verdad? El que os he descrito antes, pues yo sé como es el mío, sólo que aún , no nos conocemos. Decidí llamarle Rodrigo. 

Rodrigo es mucha gente. Es un rebelde en moto, que para , va despacio, por que se da cuenta que si va deprisa , no vive. Es un admirador sorpresa, que me espera a la salida del instituto. Es un músico frustrado de algún bar de carretera. Eres tú. Es el chico de los recados. Pero es Rodrigo, y sé que me va a querer con locura. Y por eso, por que estoy saliendo del agujero, he decido dar la vuelta al blog. Aquí pongo mis pensamientos, fragmentos escritos estúpidamente en servilletas, que hasta ahora han sido tristes , pero a partir de ahora , van a ser felices. Aunque sean tonterías, van a ser felices. Lo prometo. Por qué , como he dicho antes, el amor verdadero es aquel que muere si no esta a tu lado, y muere si tu estas mal, y quizás ese amor, este más cerca de lo que pensamos , y no le guste verme mal. 

Rodrigo.